29 de septiembre de 2008

USB-Mahou

En CHSF estamos a la espera de que saquen la versión cerveza, para hacer un pedido enorme y facilitar a todos nuestros miembros este maravilloso USB.

21 de septiembre de 2008

Viagra

Escuchado en el programa de Carlos Herrera en Onda Cero.

Testimonio de uno que probo la viagra. Un CHSF no necesita de esas cosas, al menos no se conoce ningún caso.¿Verdad, compañeros, qué todavía no nos hace falta?¿A qué no? ¡Vamos! ¡No me jodas! ¿A nosotros....?

17 de septiembre de 2008

Mi agúita amarilla

Este vídeo lo recomienda Mariano a todos los CHSF. Puede ser un poco descriptivo de algunos momentos clientehabitualesinfronteras. Pues eso, ahí va.

14 de septiembre de 2008

El Misterio de la Iglesia Parroquial

A veces, los CHSF tenemos que poner nuestros conocimientos profesionales al servicio de una comunidad amenazada por fenómenos paranormales que llegan a aterrorizar a la población. El caso que pasamos a comentar ocurrió no hace mucho tiempo durante las fiestas patronales de una remota aldea de Lugo. El pacífico regocijo y la sana diversión de sus habitantes se vieron amenazados por un extraño fenómeno que llegó a asustar seriamente a los lugareños (más exactamente, a las mujeres casadas): durante la fiesta mayor, que se celebraba en la campa que hay a la puerta de la Iglesia Parroquial, se produjo un inexplicable fenómeno.

Aunque el Señor Cura había excusado su asistencia al baile, entretenimiento éste que, como es sabido, la Santa Madre Iglesia no contempla con buenos ojos, algunos lugareños varones, entraban en la Iglesia para recogerse unos momentos (pues lo cortés no quita lo valiente, ni el bailar la devoción). Pero sus esposas pudieron apreciar que, tras su estancia en el Templo, mostraban síntomas extraños, de desconcierto. El rudo campesino que había entrado en la Iglesia pleno de vigor, volvía con andar titubeante, como transtornado, los ojos vidriosos y aire estupefacto. Todos se negaban a hablar de lo que les había ocurrido en la Iglesia. Pero, que algo inexplicable ocurría, era seguro. Cuando el sepulturero, tras su estancia en la Iglesia y ante el horror de los circunstantes, sacó a bailar a una cántara, cundió el pánico.




El baile de la cántara. No nos inventamos nada. Todo fue real.


Asustadas, algunas matronas del lugar, pidieron ayuda a una delegación de CHSF que, casualmente, nos encontrábamos en la aldea realizando un estudio de campo sobre la Estrella de Galicia, confiadas en que nosotros seríamos capaces de desentrañar el misterio. Nos dijeron que nuestra reputación nos precedía incluso en tan alejados confines y que -ante la ausencia del Señor Cura- éramos su última esperanza. Accedimos.

Domigongon y Pcbcarp, haciendo gala de la intrepidez que nos caracteriza, penetramos en la misteriosa Iglesia sin más equipo que una linterna y una estampita de San Baco, quedando fuera Arturo, Eva y María como retaguardia por si las cosas se ponían feas. El paisanaje aguardaba expectante y se oían en el impresionante silencio unas oraciones -musitadas con devoción- que nos acompañaron al interior.





Aparentemente, todo era normal.





Nada que llamara especialmente la atención. Pero...






Sin embargo... Nada escapa al entrenado olfato de un CHSF: Una fuerza extraña, muy sutil, nos atrajo hacia el confesionario.





¡Ajá! Otro misterio resuelto.





Haciendo uso temporalmente del sistema de sonido de la fiesta, Eva fue encargada de tranquilizar a la población civil con algunas generalidades sobre las técnicas científicas empleadas para purificar la Iglesia.



Domigongon y Pcbcarp, como investigadores principales, demuestran que los síntomas que traían de cabeza a las casadas del lugar eran inofensivos por el simple expediente de cantar el Himno de Caballería con la desenvoltura que los caracteriza.



Para dejar patente que el Misterio también era inofensivo para el bello sexo, María participó en la demostración, cantando "Ojos verdes" con mucho sentimiento.




Eso sí, cuando Arturo se tomó en serio lo de tranquilizar a la gente, y se marcó un baile (episodio que, como todo CHSF sabe, era inédito haste ese momento) decidimos marcharnos antes de que los acontecimientos nos superaran: somos CHSF, pero -al fin- humanos.

Y, de esta forma, celosos de nuestra responsabilidad como CHSF, tuvimos la satisfacción de dejar el pueblo tranquilo entre las muestras de agradecimiento de sus habitantes. Un nuevo misterio resuelto por CHSF en su acrisolada lucha contra la supersticion y el oscurantismo.
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