En un semáforo, en cualquier calle de Sevilla (o cualquier otro sitio) dos vecinas-amigas esperan a cruzar y una de ellas le dice a la otra:
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- Mari, que mhenterao que tu hijo es maricón.
Contesta la Mari:
- ¡Qué dices! Mi hijo no es maricón, el que es maricón es su novio.
La vida es así. Y sobre todo, las madres.
ResponderEliminarLo que no haga una madre por sus repollos...
ResponderEliminarBesos^^